Hay ocasiones inevitables en la existencia de toda persona,unas mas alegres que otras, pero son las que nos van forjando como persona.
Nadie está exento de vivir algunas experiencias, todos somos partícipes de nacimientos,matrimonios, divorcios, conocemos amigos, nos separamos de ellos, nos traicionan,traicionamos, nos mienten y mentimos.
Sin embargo hay una situación que siempre estamos evitando vivir, el hombre como especie la está evitando desde siempre,buscando avances tecnológico,medicamentos, tratamientos alternativos, todo sea por no tener que enfrentar la muerte.
Se trata de la pérdida de un ser querido, del abandono que sentimos luego, de la soledad que nos embarga, de la pena que no podemos evitar,no podemos disfrazar ni evadir.
Es la unión de los sentimientos que siempre estamos rehuyendo, de cuestionamientos existemciales a los cuales nadie nos entrega una respuesta satisfactoria y es que la respuesta es tan simple, que no nos llena, buscamos algo mas sofisticado que la respuesta "es parte de la vida".
Son embargo como alguna vez he escuchado, al nacer sólo tenemos certeza de una cosa y eso es de que tarde o temprano vamos a morir. Y si es de lo único que estamos seguros, ¿por qué le tememos tanto? será que lo incierto nos aterra, será que constantemente huimos de los que nos duele, o es mas simple aún y se trata del instinto animal de supervivencia... La respuesta exacta a esta interrogante no existe y no tiene sentido intentar encontrarla.
Sólo se que al pasar por algo tan doloroso como la muerte de un ser querido, las siguientes veces se vuelve algo menos incierto y no por eso menos doloroso. A título personal ya he enfrentado varias veces a la señora muerte y aún no me acostumbro a verla, ya despedí a un primo, a mis abuelos, a mi padrino, a mi mejor amigo y hace muy poco a uno de mis tíos y sigue doliendo, sigue pareciendo injusto, sigo sin entender por qué personas buenas, dejan este mundo, cuando son ellos los que hacen falta para que la vida sea mas bella.....
Espero que no olviden, que las personas terminamos de morir cuando nos olvidan, y si es por mi, ninguno de ellos, ha de morir.